Coque verde

El coque, en este contexto, no se refiere a una bebida sino a una forma de carbono amorfo utilizado en la producción de metales y para crear diversos materiales a base de carbono, conocido como coque metalúrgico o coque de petróleo verde. Este tipo de coque se produce en unidades de coquización retardada donde el petróleo crudo se procesa en combustibles más ligeros como gasolina y combustible para aviones. En su estado sin procesar, se conoce como coque verde o coque de petróleo verde, y su calidad depende en gran medida del tipo de petróleo crudo refinado.

 

La calidad del coque verde varía según la fuente del petróleo crudo, lo que afecta las características de los combustibles líquidos resultantes y las propiedades del coque verde en sí, como su contenido de carbono, azufre, materia volátil y nitrógeno. Según el contenido de azufre, el coque de petróleo verde se clasifica según los estándares GB chinos en categorías de bajo azufre (0-0,8%), medio azufre (0,8-3,0%) y alto azufre (>3,0%). Además, se clasifica en coque aguja, coque esponjoso, coque granulado y coque fino, diferenciándose por sus estructuras físicas y apariencia.

 

Con una producción global de aproximadamente 170 millones de toneladas anuales a partir de 2022, China representa alrededor del 23% de esta producción, mientras que Estados Unidos y Canadá juntos contribuyen con el 42%. China también emerge como un importante consumidor de coque verde, importando entre 3,5 y 9,0 millones de toneladas de todo el mundo, y estas cifras fluctúan anualmente debido a influencias geopolíticas. Alrededor del 70% del suministro mundial de coque verde se utiliza como combustible en plantas de energía y vidrio.

 

La aplicación del coque está determinada por su calidad; El coque con alto contenido de azufre se utiliza como combustible sólido en competencia con el carbón, principalmente en cemento y centrales eléctricas, debido a su contenido de BTU. Por el contrario, el coque con bajo contenido de azufre y de impurezas se calcina para reutilizarlo como materiales esenciales en las industrias del aluminio y los metales ferrosos.

 

Más allá de su uso como combustibles sólidos, los coques de bajo y medio azufre, una vez calcinados, se vuelven cruciales para producir diversos materiales de carbono sólido en formas como polvo, piezas, bloques o cilindros. Estos materiales sirven como productos industriales vitales que unen los sectores petrolero y metalúrgico, suministrando carbono para diversos usos metalúrgicos, incluida la producción de ánodos para la fundición de aluminio y para la fabricación de electrodos de grafito o grafito especial.