Grafito sintético

Hoy en día, la presencia omnipresente del grafito sintético en nuestra vida diaria suele pasar desapercibida, desde los teléfonos que tenemos en las manos hasta los coches que conducimos. Esta forma de grafito es parte integral de numerosas industrias especializadas y sirve como conductor en la producción de acero, componentes eléctricos en dispositivos médicos, elementos esenciales en lubricantes y como ánodos principales en baterías de iones de litio, etc.

 

El grafito sintético se produce a partir de carbono de alta pureza, procedente principalmente de varios tipos de coque de petróleo. Su inercia química le permite soportar temperaturas extremas y resistir la corrosión, lo que lo convierte en un recurso invaluable en campos que requieren un rendimiento confiable de los materiales de carbono. A diferencia del grafito natural, el grafito sintético se puede diseñar con o sin un aglutinante de brea para lograr los niveles deseados de pureza y consistencia estructural, aunque su estructura cristalina es menos pronunciada.

 

El proceso de producción de grafito sintético implica calentar coque de petróleo calcinado por encima de 2800 °C en hornos Acheson horizontales o en hornos verticales continuos. Este intenso tratamiento térmico facilita la transformación de átomos de carbono amorfos en una red hexagonal, haciendo que el material sea eléctricamente conductor.

 

Disponible en polvo, bloque o forma cilíndrica, el grafito sintético se puede clasificar como primario (producido directamente) o secundario. Los polvos de grafito sintético primario ofrecen ventajas en control, estabilidad y pureza sobre el grafito en escamas natural, que se obtiene mediante procesos químicos de flotación y purificación. Además, desde un punto de vista medioambiental, la producción de grafito sintético se considera más favorable que la del grafito en escamas natural, que normalmente implica el uso extensivo de ácidos nocivos para la purificación durante los complicados procesos de flotación química. 

 

Las propiedades únicas del grafito sintético, incluidas su conductividad, resistencia al calor y capacidades lubricantes, lo convierten en un material versátil en diversas industrias, como la producción de metales, lubricantes, recubrimientos, refractarios, escobillas de carbón, baterías, etc. Su papel es especialmente pronunciado en el sector de las baterías y las aplicaciones de almacenamiento de energía, donde se espera que su demanda crezca enormemente en las próximas una o dos décadas. Como reflejo de un antiguo modismo chino, el grafito sintético se parece mucho a "un árbol viejo que florece con flores nuevas", lo que simboliza su importancia duradera y su futuro prometedor en el mercado mundial del grafito.