Coque de petróleo calcinado

El proceso de calcinación desempeña un papel crucial en la transformación del coque de petróleo verde en coque de petróleo calcinado (CPC), un material esencial para diversos usos industriales de alta gama, incluida la fabricación de grafito especial y ánodos para el sector del aluminio. Esta transformación se logra calentando el coque a temperaturas entre 1200°C y 1400°C, proceso que elimina compuestos volátiles, dando como resultado un material más denso y menos poroso. 

 

Las características del coque verde de partida, especialmente su contenido de materia volátil y azufre, influyen significativamente en la densidad aparente vibrada (VBD) del producto final. Una mayor calidad de coque verde, caracterizado por niveles más bajos de volátiles y azufre, conduce a un coque calcinado con mayor densidad aparente y menor porosidad, deseable para aplicaciones que requieren un rendimiento superior del material.

 

En la industria, se utilizan dos diseños principales de calcinadores: calcinadores de eje vertical y calcinadores rotativos horizontales. Los calcinadores rotativos son particularmente valorados por su mayor rendimiento, lo que los convierte en un elemento básico en los entornos de producción continua que se encuentran en las refinerías de petróleo y las operaciones de calcinación a gran escala.

 

Es importante señalar que el proceso de calcinación no modifica el contenido de azufre en el coque. En consecuencia, el CPC se clasifica en grados de azufre bajos (0-0,8%), medios (0,8-3,0%) y altos (>3,0%), siguiendo las clasificaciones establecidas por los estándares GB chinos. Esta distinción es crucial ya que la demanda de CPC con bajo contenido de azufre ha aumentado, particularmente para aplicaciones en el sector de la energía verde, como en la producción de baterías de iones de litio. Este aumento ha provocado importantes fluctuaciones de precios desde 2021.

 

Además, el coque de petróleo se puede diferenciar en varias formas, incluido el coque de aguja, el coque de esponja, el coque de granalla y el coque fino, según su estructura física y apariencia. Cada tipo cumple con requisitos industriales específicos en función de sus propiedades únicas.

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